Ayer miércoles por la mañana, un directivo de una empresa hotelera con un centenar de establecimientos de alta gama en toda España me contó que enero y febrero les había ido mal, pero que en Semana Santa han tenido más clientes que en la del año pasado y que las reservas para los próximos meses van bien. Añadió que un amigo suyo que trabaja en el sector inmobiliario tiene en las últimas semanas bastantes llamadas de clientes interesados en comprar, cosa novedosa.
Y esta mañana, jueves, un directivo de uno de los grandes bancos me contaba que ellos sí ven signos de mejora. Uno muy concreto: «La morosidad, que nos empeoró en enero y febrero, en marzo ha mejorado».
No son muchas luces en el túnel, no, sólo lucecitas. Pueden ir a más en breve o, al contrario, desvanecerse en la oscuridad.
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